lunes, 16 de febrero de 2009

Una casa en el sur

Tengo una casa en el sur
de colores de otoño y sueños prendidos
y una veleta plateada
que brilla al despuntar el horizonte

Tengo un corazón quebrado
una mirada perdida
un sol en la puerta
y una fuente de piedra en mitad del camino
donde siempre es primavera

En su borde me siento a escuchar
lo que la vida quiere contarme
y me dejo acariciar por consejos
por bromas de amigos
y voces de juegos

Tengo una casa en el sur
de tardes de verano
a la sombra de higueras
de comidas tranquilas
y versos inventados
de olvidos y recuerdos
y días venideros

A su calor me abrigo en invierno
Siempre hay lugar para el que se cobija
y una puerta abierta para el que llega
A su respaldo se sientan mis pensamientos
y las conversaciones compartidas

Tengo una casa en el sur
y un día nublado de luz perenne

Tengo una suerte en las manos
un abrazo de amor
y un libro de cuentos

Tengo mil vidas
mil historias
mil perdones
y una esperanza despierta
en el centro de mi pesar

Tengo una casa en el sur
con ventanas saludando a la brisa

Tengo una casa en el sur
para todo aquel que quiera entrar

1 comentario:

  1. Este poema me suena como la letra de una canción. Tengo una casa en el sur... tarará, tararí

    Lamentablemente, entre mis 'virtudes' no se encuentra la de poder hacer música, si no, igual te la hacía. Besos

    Fran.

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