La taberna está sentada frente a las rocas, donde alguien acaba de recoger unas sillas de plástico con la palabra Cruzcampo grabada en los respaldos. Ajenas a la historia que las vigila, guardan obedientes la posición corroídas por el salitre.
Un único camarero, parco en sonidos y pasos, va cancelando las cuentas a la escasa clientela de forma aleatoria. Coca-colas con hielo y tónicas se van apurando donde antes sólo había pescado frito, limonada y ajoblanco. Pero de eso nadie se acuerda.
Las conversaciones, difusas y monótonas, son engullidas por el cada vez más potente ronroneo de la marea, que cobra fuerza en la misma medida en que la luz se diluye.
Abajo, en la arena, una pareja recién casada posa feliz para su álbum. El mar, empapando sus pies desnudos y sus trajes de boda, insiste en recordarles la fragilidad de los ánimos y la levedad de la vida. Como telón de fondo, el antiguo balneario confiere al amor el erróneo atributo de atemporal.
Las sombras se alargan anunciando que ya es hora de ir buscando otros bares. La tarde va perdiendo cabida y el café clientes, conforme llega la noche. Nada parece cambiar en este rincón, salvo las propias personas, mientras se repliega en un espacio intacto y perenne.
En su estado primitivo, y vacío de visitantes, conserva la misma silueta que vieron antaño.
Una burda cadena oxidada sobre la verja antigua y quejumbrosa le pone fin a la jornada.
El balneario se cierra. Antes no se cerraba. Y se pregunta, acaso, qué llegará a ser, en otras vidas.
Antes      Ahora
 
Hola Paula, feliz año nuevo y todo eso. Te veo muy activa y muy pero que muy lucida en estos dos textos. Desde el dia 20 de Noviembre no escribias nada y ahora en poco mas de una semana has escrito dos y muy buenos por cierto, ¿sera verdad que la Navidad sienta bien a algunas personas?.
ResponderEliminarUn abrazo acompañado de un beso.
T.Flywheel
NOTA: Espero que los Reyes te traigan algo bonito.
Muchas gracias Fly. Pues feliz año y todo eso para ti también :-)
ResponderEliminarTe contaré un secreto: en realidad este post del balneario lo escribí hace tiempo, pero permanecía olvidado en mi carpeta de escritos. Ayer lo rescaté, le hice unos cuantos cambios y lo colgué.
A veces escribo de esta manera; tengo una idea, y la plasmo tal cual me surge. La mayoría de las veces el texto queda aparcado, esperando a que me entren ganas de cogerlo. Y un buen día, con la mente despejada, lo leo de nuevo. Si me gusta, lo arreglo y lo cuelgo, y si no me gusta, lo borro.
Es cierto que estos días estoy más activa. No es por la Navidad, sino por los días de descanso, que me permiten dedicar más horas a mi afición favorita: perder el tiempo pensando, creando e imaginando.
Un beso.
Paula.
Pensar,crear e imaginar, en ningun caso es perder el tiempo y mucho menos si el resultado es lo que escribes en tu blog.
ResponderEliminarUn besito.
Flywheel
De blog en blog llegué al tuyo, siempre busco espacios para disfrute personal. El escrito me atrapó y resultó rápida su lectura, un abrazo para ti.
ResponderEliminarhttp://secuenciasdelalma.blogspot.com/
Muchas gracias por tu visita, Taty. Sé bienvenida.
ResponderEliminarMe alegra haber encontrado tu espacio.
ResponderEliminarEs un placer encontrar tan vital.
Me uno a tus seguidores.
Saludos,
Me alegra que te guste, Carmelo.
ResponderEliminarUn abrazo.
bonita foto la del balneario... aún recuerdo pagar con mi madre para usar la taquilla y poder cambiarse.
ResponderEliminarAHHH las fotos!! enlaza, publica, descarga... los blogs son para disfrutarlos, haz lo que quieras!
Ok. Gracias Adso, eso mismo digo yo :-)
ResponderEliminarRespecto a las fotos, en realidad no son mías, las cogí de internet. Debería haber puesto los créditos, pero ni me acuerdo de dónde las saqué.