Sentada en la escalera
a la puerta de mi casa
en esta noche de verano
De algún modo estás conmigo
Las niñas corretean
Arriba. Abajo
Por el jardín
Arrancan briznas de hierba
Las lanzan al viento
A este viento que, por fin,
se llevó el sofoco de otras noches
Una flor adorna mi pelo
El aire es claro, como las risas
Recojo las rodillas en mis manos
Me balanceo
Suena la música lejana,
de un artista callejero
Tarareo su canción
Recuerdo la letra
Habla de un lugar extraño,
donde los deseos se cumplen
donde el cielo barre las ofensas,
y el perdón las calles
Me quedo en ese mundo
En esta noche, que es eterna
Creada para los sueños
Sentada en la escalera
A finales de verano
Nada es urgente
Nada importante
De algún modo estás conmigo
Ya ves que me he apuntado a tu lugar, Paula. Hoy (hoy o mañana, no me atrevo a mirar la hora)lo he visto. Este poema es el primero que leí tuyo, sin lugar a dudas. Pero no lo he releído por eso. Lo he releído por el título. La paz existe, eso es seguro. Te la deseo o te felicito por ella. Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias Fran, me alegro mucho de verte por aquí. Mi vida es muy tranquila, casi siempre -que no monótona- y a menudo me es fácil encontrar un trocito de paz en el que sentarme un rato. Yo también te la deseo, no sólo porque se vive mejor sino porque también se escribe mejor, jeje (al menos a mí me pasa). Besos.
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