martes, 8 de febrero de 2011

Sin certezas

Cada vez que estoy convencida de algo
todas las casualidades en el mundo comienzan a ponerse de acuerdo
hasta conseguir demostrarme que estaba equivocada.

5 comentarios:

  1. Es lo malo de las certezas, Paulita: que tienen los pies de barro. Te abrazo mucho y me agrada cuando veo en las actualizaciones del blog que has publicado. A veces extraño leerte, como en la fábrica, antes. Un besito.

    Susan

    ResponderEliminar
  2. Hola, Sue, qué alegría me das cada vez que te acercas por aquí.
    Yo también extraño la época de la fábrica, y la de ML! Qué buenos recuerdos tengo de todo aquello. Por suerte, aún nos tenemos en los blogs.
    En los últimos meses me noto bastante cambiada, o quizá sólo sea una etapa pasajera. Lo cierto es que la mayoría de mis pensamientos los mantengo en privado, y se pierden en conversaciones personales con mi gente más cercana. Aún así, el placer de escribir es algo que no he encontrado en ninguna otra parte. Me sigue gustando mantener el blog, aunque apenas cuelgo alguna cosilla de vez en cuando.
    Me tranquiliza mucho ver que seguís estando activos. No me gustaría que este punto de encuentro en el que llevamos viéndonos tanto tiempo se perdiera.
    Disculpad que me acerque tan poquito a leeros, aunque no deje muestras de mi paso por los blogs, a veces me acerco y siempre os tengo muy presentes.
    Un besito, niña. Cuídate mucho y sigue siendo la genia de las palabras que ya eres.

    ResponderEliminar
  3. PD: perdona que te haya soltado todo esto bajo "Anónimo", es que tengo algunos problemillas al identificarme.

    Paula.

    ResponderEliminar
  4. Eso parece, Paula, las certezas suelen mentir.

    ResponderEliminar
  5. Bienvenida, June.
    Las certezas no son más que falsas percepciones, como casi todo, me temo.

    Un beso.

    ResponderEliminar