lunes, 31 de agosto de 2009

Más allá de la tristeza

Quizá he muerto
y no lo sepa.
Una densa niebla ha pasado por encima de mí
y se ha llevado cualquier atisbo de humor que pudiera quedarme.
No recuerdo cuándo fue la última vez que reí
o lloré.
No escucho ningún sonido desde hace años.
Nadie me habla.
A nadie hablo.
He encontrado un cuarto al final del pasillo,
que está recién pintado.
Me he encerrado en él
y he rogado a gritos a través de la puerta
que no me dejen salir.

(Junio 2009)

2 comentarios:

  1. ESte poema tuyo es honesto, aunténtico. Creo que sólo se puede escribir desde esta perspectiva.

    Para conocer la alegría hay que atravesar la tristeza; no hay felicidad para quien no conoce el sufrimiento. Quien estuvo preso en algún sentido vital, es quien ahora disfruta un espíritu libre...

    Yo hago siempre paralelismos entre la naturaleza y la naturaleza humana, porque son idénticas... Si no hay invierno, el verano nunca llegará y así es como las estaciones cruentas dan, paso a las benévolas. Toda la luz habita en la sencillez, pero sólo la perciben quienes un día caminaron entre tinieblas.

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  2. Es logico y fruto de un pensamiento racional que hacer paralelismo entre la naturaleza y la conducta humana es una soberbia tonteria (con todos mis respetos) el yin y el yan, para todo existe su contrario pues no, ¿si ahora soy pobre despues sere rico? es posible como posibilidad pero solo como eso.
    Intuitivamente pensamos que el placer va precedido invariablemente del displacer, por ejemplo, al saciar el apetito que nos habia inquietado hasta el momento de comer. Una intuicion que se complementa con la creencia de que la infelicidad antecede inevitablemente al bienestar cuando, por ejemplo, disfrutamos de una compañia que no esperabamos. Una alternancia totalmente falsa.
    Si esto fuera asi, la felicidad seria una peligrosa trampa que teñiria nuestro pasado reciente del color del sufrimiento. El goce presente transformaria el resto de la vida en un tormento. "Nuestro estar bien (pensaba Montaigne) no es otra cosa que una liberacion del estar mal". Nada mas sencillo...
    El bienestar no sustituye a la infelicidad, ni el placer al dolor, ya que el movimiento de la rueda de la existencia se puede entender mejor como una accion constante, mortecina y monotona que como un fluir a trompicones.
    La indiferencia con que habitualmente nos tomamos las cosas, al menos, confirma esta idea. La falta de conciencia sobre nuestra realidad mas inmediata demuestra la existencia de una amplia y confortable zona de apatia a nuestro alrededor, una especie de agujero negro de desinteres donde la neblina empaña la verdadera dimension de las cosas: ya sea el tamaño de la desgracia o el area del placer.
    Las adversidades nos ayudan a perfilar el contorno de las cosas que el abandono habia desdibujado.
    Perdon por haberme enrollado tanto pero no podia dejar de dar mi opinion al leer el comentario anterior.
    En fin que el texto me gusta por el abismo tan cotidiano que transmite. Un saludo.
    Ximo

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